Thursday, September 14, 2017
Espacios
Sí, sí recuerdo tus manos
enormes y pesadas, haciéndome vibrar
las recuerdo buscando rincones palpitantes
en la espera expectante de sentirte llegar
y recuerdo tus manos marcando sus caminos
haciéndome a tu modo, invadiendo mi ser
Y mi cuerpo se hizo al calor de tus manos
Y mi piel se derrite de pensarte otra vez
Sí, recuerdo tus manos, moldeando mis caderas,
entrando sin permiso, quitándome la paz
Hoy requiero tus manos llenando mis espacios
robando mis delirios, haciéndome jadear
Hoy requiero tu cuerpo y tu aliento en mi nuca y tus manos extrañas para no recordar
Hoy requiero tus manos saciándome despacio de un placer inaudito que no pueda olvidar.
-MyCitlali
Hoy
Hoy te digo que sí
contra todo consejo
y toda sensatez, que sí te digo.
Sigue estrujando con tu pura mirada
mi cuerpo adormecido,
síguelo despertando al placer olvidado
del sexo sin sentido.
Con mis ojos cerrados
y tus ojos encima
siento el deseo de nuevo
recorrerme la espalda
bajar a mis caderas
penetrar mis entrañas.
Y tus manos inclinan
mi cintura despacio
y mis muslos se abren
empapados
en mi lengua se agolpan
gemidos olvidados
y reprimo los gritos
que suben a mis labios
Hoy te tengo en el centro
empujando
en mi oreja tu boca
mordisqueando y jadeando
Hoy te digo que sí
contra todo consejo
gozando en mis sentidos
toda tu fuerza dentro
haciéndome gemir, mientras sacia mi cuerpo
la sed de tus urgencias
de soldado.
-MyCitlali
Monday, August 12, 2013
Tu cuerpo
Fotografía: Canis Lupus Baileyi
Mis manos nunca se cansan de tocarte, van y vienen sobre tu cuerpo como las olas tratando de conquistar tus arrecifes.
-Canis Lupus Baileyi
Quiero Verte
Quiero verte,
tomarte del talle,
recorrerte con mis manos,
desnudarte a dentelladas,
deshacerte el último vestigio de tus prendas,
y cuando te tenga totalmente desnuda,
cuando tus senos montañas en el horizonte,
tu vientre,
tus esculturas piernas,
y la inmensidad de tus caderas,
esperen expectantes mis caricias,
me arrodillaré para besar tus pies,
tus hermosos pies que acarician la tierra que caminas‚...
-Canis Lupus Baileyi
Monday, July 15, 2013
Voyerismo II
Fotografía: Canis Lupus Baileyi
Hoy va a ser el día pensaba, mientras recorría los tejados con sigilo, temeroso de ser confundido con un ratero. Después de quince minutos había llegado y comenzaba el rito de quitar uno a uno los ladrillos que ocultaban el observatorio donde esperaba ver el milagro de las formas. Porque estaba seguro que el cuerpo que insinuaban los vestidos de Claudia era el mismísimo paraíso, las curvas de esa piel bronceada paseaban por su imaginación sin darle tregua, arrebatándole las noches que tenía para dormir porque su cuerpo simplemente lo obligaba a despertar e ir a buscarla, redimir a como diera lugar las ansias de sus manos, el frenético retumbar de su estómago que le impedía saborear su chocolate cuando doña Tencha lo despertaba de sus cavilaciones para advertirle que ya se le había enfriado el desayuno. Esperaba horas enteras en el jardín donde solía pasar Claudia para embelezarse con el vaivén de esas curvas, del sutil movimiento de esos senos cuya horizontalidad desafiaba la fuerza de gravedad. Un minuto duraba el encanto, pero era suficiente para que día con día él fuera a ese lugar donde las caóticas costumbres de la doncella muchas veces condenaran a sus ojos mirar hacia la nada. Regresaba a su casa con paso lento y sonrisa franca cuando lograba ver los ojos negros de esa diosa que caminaba entre los humanos. Pero su sueño, el verdadero motivo de sus tribulaciones era ver a Claudia desnuda, sólo verla, tener contacto de otro tipo estaba simplemente fuera de la constelación de su mente. Un día un plan lo despertó de sobresalto, ubicaría la casa de Claudia y dentro de ella su recámara. Haría un orificio que le permitiera observar a ese ángel mientras durmiera. Para lograr esto aprendería a hacer conexiones de internet y de televisión por cable, le rezaría a San Antonio para que la familia de Claudia solicitara el servicio y se las ingeniaría para ser el encargado de realizarla. Miles de peripecias y sobresaltos lo vapulearon antes de tener un orificio de dos centímetros donde por "descuido" pensó que entraría el cable con la la información digital. Los perros de Don Juan estuvieron a punto de tragárselo, y Don Fidencio le disparó mientras descubría el camino de los tejados hacia su observatorio sin perturbar a nadie. Estudió también matemáticas aunque siempre dijo odiarlas, y todo para poder calcular el tiempo exacto en que Claudia aun con luz se desnudaba para dormir. Fueron cientos sus intentos en donde lo único que logró ver era la penumbra de la recámara, y como consuelo, cerraba los ojos para imaginar desde ese escalón de realidad al que había llegado, el resto de su aventura: la posición de la cama y el cuerpo de la diosa abrazada por las cobijas. Llegó el día, después de cien operaciones aritméticas, veinte trazos geométricos, cincuenta rezos a San Antonio y mucha intuición, le habían hecho saber que ese día a a esa hora podría regocijar sus ojos con el misterio del la geografía de la mujer más bella que conocía. Cuando terminó de quitar el último ladrillo contó dos minutos y medio considerando el tiempo para que sus ojos enfocaran, entonces entre la bruma de los primer momentos apareció el paisaje del bello cuerpo de Claudia desnuda, con unas prominentes curvas que superaron su imaginación más extrema. Contempló el encanto por varios minutos para grabar para siempre la escena en su memoria, tapo el orificio con cemento, dejó el lugar y comenzó a recrear lo que había visto, caminó hacía ningún lugar, sólo quería pensar en la imagen que acababa de disfrutar, y mientras veía pasar el empedrado debajo de sus pies un sentimiento de felicidad comenzó a invadir su cuerpo…
-Canis Lupus Baileyi
Voyerismo I
LLevaba meses midiendo tiempos,
siguiendo sus pasos,
los cuartos menguantes de la luna,
las rutas misteriosas de los gatos,
todo estaba calculado para que aquella noche fría,
a las diez de la noche viera el espectáculo más hermoso de la naturaleza.
Espero con calma mientras sus huesos tiritaban helados,
se asomó poco a poco en ese orificio,
su mirada tardo 5 segundo en poder enfocar el interior de la habitación,
y cuando logró ver a plenitud,
supo que había valido la pena todo el tiempo invertido,
las conversiones de los latidos del corazón en metros,
su Diosa estaba ahí plena,
desnuda,
entregada con su espectacular cuerpo al dios de los sueños…
-Canis Lupus Baileyi
Mirada
No descubrí tus ojos hasta tarde
cuando al fin te decidiste a regalarme tu piel
en la cinta de plata.
Al principio te negaste
como si le fueras entregar tu alma al diablo
pero después me pediste un retrato de tus ojos árabes
y entonces me sumergí en su ternura.
Tu poco a poco te fuiste quitando la ropa
pero yo solo veía tus ojos
sin percibir tu piel ardiente.
Ahora me regocijo viendo aquellas imágenes
que le robamos al tiempo
donde tu desnudez adorna como paisaje
el lindo atardecer de tu mirada.
-Canis Lupus Baileyi
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